Cuando, en 1973, Tanzania decidió trasladar su capital de Dar Es Salaam a Dodoma, se previó que el traslado llevaría 10 años, y que el costo podría justificarse si se compara con una perspectiva a largo plazo. Se creó una poderosa agencia para implementar un plan maestro idealizado de la ciudad capital, que reflejaría el nuevo estatus de Dodoma, y al que podría trasladarse la maquinaria Gubernamental., La decisión fue presentada como una decisión nacional, aunque en realidad fue la del partido gobernante. Sin embargo, no se pudieron reunir los recursos necesarios; la ejecución se concentró en la infraestructura de servicios y no en las viviendas y oficinas cruciales; y, a medida que los problemas económicos nacionales se agudizaron, los funcionarios del gobierno se volvieron indiferentes a trasladarse a Dodoma. Peor aún, Dodoma carecía del respaldo concertado de líderes políticos nacionales clave, por lo que los plazos para trasladarse a Dodoma han llegado y se han ido sin que nadie tomara sanciones. A pesar del gasto de más de Tshs. 4.,9bn, todavía hay poca infraestructura que puede acomodar el gobierno establecido, incluso en parte. La idea de cambiar la capital de Tanzania tiene una historia que se remonta a los días coloniales, pero la experiencia con Dodoma ha demostrado que el proceso es peligroso, particularmente cuando se ve en el contexto de dificultades económicas y funcionarios gubernamentales indiferentes y poco dispuestos. El nuevo clima político multipartidista en el país sólo puede significar una reevaluación del nuevo proyecto de capital, al que es probable que se le conceda poca prioridad, si no se elimina por completo.