Este artículo argumenta que la aptitud es entendida más útilmente como aquellas propiedades de los organismos que son explicativas de la supervivencia en el sentido más amplio, no meramente descriptivas del éxito reproductivo. Tomando de Rosenberg y Bouchard (2009), la aptitud en este sentido es ecológica en la medida en que se define por las interacciones entre organismos y ambientes., Hay tres tipos de aptitud ecológica: la capacidad bien documentada de competir, la capacidad de cooperar (como en la simbiosis mutualista), y un tercer sentido de aptitud que ha recibido atención insuficiente en la teoría evolutiva, la capacidad de construir. Siguiendo a Lotka, se puede entender termodinámicamente como la capacidad de mantener o ampliar la capacidad de circulación de energía de un ecosistema. Un organismo que hace esto podría terminar con su frecuencia génica sin cambios, pero su probabilidad de supervivencia aumentaría, ya que sostendría o aumentaría la capacidad de carga total de su ecosistema., Los fotosintetizadores y otros autótrofos son candidatos obvios para organismos que son aptos en el sentido constructivo, pero cualquier organismo, incluidos los heterótrofos, puede exhibir aptitud constructiva si tienen algún mecanismo para canalizar flujos externos de energía libre en sus ecosistemas. Examinaré brevemente las perspectivas de la especie humana a la luz de estas consideraciones.